viernes, 15 de julio de 2016

Nadie se atreva, a tocar a Belgrano


Si Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano estaría observando desde el cielo que su billete de 10 pesos moneda nacional pierde valor día a día, si escucho que un 20 de junio de 2012 a las 00 horas la presentadora de la cadena nacional lo nombra como JUAN MANUEL, considero que sería la gota que rebalsaría el vaso, pediría por favor dejar de ser héroe nacional para pasar a ser un desconocido ciudadano esquimal de Alaska, y dejen de humillarlo de una vez por todas. No es patrimonio de la actualidad este manoseo a la ilustre figura nacional. La misma proviene desde que abrazó la causa nacional. Siempre fue ninguneado. Y le salió muy caro. Provenía de una familia muy acaudalada y perdió todos sus bienes al servicio de la causa de la independencia. Culminó sus días en la absoluta pobreza. 


Lo que muchos no saben es que el 4 de septiembre de 1902, una comisión designada por el presidente de la Nación, Julio Argentino Roca (el genocida que extermino a los indios en las pampas en la campaña denominada "conquista del desierto" y su carita está en los billetes de 100 pesos), procedió a exhumar los restos para trasladarlos a la urna en el atrio de la iglesia Santo Domingo. Allí se construyó un monumento por suscripción popular. Levantada la lápida, se retiraron los huesos que fueron colocados en una bandeja de plata. Entre ellos se encontraron algunos dientes (DE ORO), uno de los cuales fue tomado por el ministro del interior, doctor Joaquín V. González, y otro por el ministro de Guerra, coronel Pablo Ricchieri. SE LO ROBARON. La vergüenza fue tal, que este hecho fue publicado y condenado por los principales diarios porteños. Y pensar que hoy en algunas ciudades, hay calles con nombres de Joaquín González o Ricchieri. No imagino a un ciudadano de los EEUU desprestigiando de esta manera a George Washington o Abraham Lincoln. Acá siempre aparece algún descolgado que me responderá: No seas quejoso! no te olvides que Belgrano es lo más grande que hay y encima hizo historia mandándolo a River al nacional B en la promoción en el año 2011 y seguramente te recita de memoria los 11 comandados por Ricardo Zielinski.


En el lecho de su muerte, al no poder pagarle por sus servicios al médico (en ese momento estaba sumido en la pobreza) entregó lo último que tenia: su reloj. No tenía mas plata. Su hermano cedió la lozeta de su mesita de luz para que al menos tenga grabado su nombre en algún lado en su tumba. Por sus victorias de Tucumán y Salta, la Asamblea de 1813 le otorgó como premio 40 mil pesos fuertes (equivalentes a casi 80 kilos de oro). Nunca llegó esa suma a sus bolsillos, lo destinó para la construcción de escuelas. Ese dinero se perdió en el limbo (queda más elegante que decir que se lo afanaron) y recién en 1974, se levantó la escuela de Tarija, la de Tucumán en 1998 y en el 2004 la de Jujuy con OTROS recursos, no con el dinero ganado por el héroe máximo del pais. Y lo peor de todo, es que su fallecimiento pasó casi inadvertido. Ni recordatorios, ni homenajes... nada... El único diario que publicó la noticia fue "El Despertador Teofilantrópico", que era redactado por el fraile franciscano Francisco de Paula Castañeda.


Para agregar más datos, el 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, el entonces Presidente de la Nación, Roberto M. Ortiz, promulgó la ley 12361. Esta dispone que el 20 de junio es el Día de la Bandera y lo declara feriado nacional, como homenaje a Manuel Belgrano (fallecido el 20 de junio de 1820). La Bandera, se enarboló por primera vez en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812 para utilizarla en el ejército de su mando (lo cual fue desautorizado por el gobierno). Para continuar con los desaciertos, la Asamblea de 1813 promovió en SECRETO su uso, pero no produjo normas escritas al respecto. El Gobierno no deseaba insistir en ese momento con símbolos independentistas. Tras la declaración de independencia el 9 de julio de 1816, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816; el Congreso le agregó el sol el 25 de febrero de 1818. 

¿Se merece todo todo esto el máximo héroe nacional? Todo lo expuesto se puede comprobar simplemente leyendo algo de la historia argentina (no la de Billiken, que nos decía que Belgrano miró el cielo y creó la bandera). Estos desaguisados, hablan clara y profundamente de como somos los argentinos... Vestimos de celeste y blanco nuestros balcones cuando juega la selección argentina, no cuando es fecha patria.... Y como decía el inefable tato, vermouth con papas fritas y good show!