viernes, 27 de enero de 2017

El rap del pelotudo

Salió la cumbia del audio entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli: "Yo, Cristina, pelotudo"
La conversación telefónica entre la ex Presidente de la Nación y el entonces secretario general de la AFI dio mucho que hablar. Mientras la justicia avanza, los internautas hacen humor… ¡y música!
—Hola.
—Hola, Oscar.
—¿Quién habla?
—Yo, Cristina, pelotudo.
Podes escucharlo en este enlace: El rap del pelotudo
Así comienza el polémico audio entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli que dio que hablar esta semana donde, además de las causas que le "armaron" a Antonio Stiuso, está el trato peyorativo. Así también comienza una peculiar canción que se burla de esto. Se trata de "Yo Cristina pelotudo" de Dj Krass, que acaba de publicarse en YouTube.
La cumbia remixada toma como letra fragmentos de la comunicación telefónica en cuestión agregando, además, una frase de la ex Presidente de la Nación que se reitera: "Hemos empoderado al choripán". En las redes sociales ya habían surgido todo tipo de burlas al respecto; tal es así que el hashtag #UsaInternetPelotudo (enunciado que le dice Cristina a Parrilli) se convirtió en trending topic en Twitter. Sin embargo, cuando todo parecía haber terminado, aparece esta cumbia.
La charla entre los ex funcionarios que se hizo pública tiene como contexto la causa que investiga el juez federal Ariel Lijo en la que está imputado el ex secretario general de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) por el supuesto encubrimiento de Ibar Esteban Corradi. Por tal motivo ordenó intervenir el teléfono de Parrilli. Lo cierto es que esa pequeña conversación telefónica dio mucho que hablar. Mientras la Justicia continúa avanzando sobre el tema, los internautas hacen humor. "Ahí lo tenés al pelotudo", es la frase de Luis Brandoni en Esperando la carroza con la que cierra esta cumbia. ¡Una originalidad!
Informe: Infobae

viernes, 20 de enero de 2017

La Carta de el Negro Gonzalez Oro 25/03/2009


"Un mensaje general para todos los argentinos. La creencia general fue que Menem nos robó. Se decía que De la Rúa era un inútil que no servía, que Duhalde era un mafioso, que con Kirchner volvieron los Montoneros y que ahora Cristina no sirve para nada, por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner o Cristina. El problema está en nosotros. Sí, nosotros como pueblo. Nosotros como materia prima de un país. Porque pertenezco a un país donde la viveza criolla es una moneda que siempre es valorada, tanto o más que un dólar. Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto por los demás. Pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, en máquinas donde uno paga por un solo ejemplar y saca un solo periódico dejando los demás en donde están. 

Pertenezco a un país donde los delincuentes tienen más derechos que las víctimas, donde la justicia deja en libertad a los violadores. Pertenezco a un país donde la gente festeja si consigue robarse la señal de televisión por cable. Un país donde la gente hace todo lo posible por no pagar o pagar menos impuestos. Pertenezco a un país donde la impunidad es un hábito, en donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclaman al gobierno por la falta de limpieza pública. Un país en donde no existe la cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria de la política, no hay interés por la economía porque solamente les interesa la pelea entre Maradona y Riquelme. Pertenezco a un país donde las licencias de conducir, los certificados médicos e incluso hasta la ciudadanía argentina puede comprarse sin hacer ningún tipo de examen. Pertenezco a un país donde puede subir un anciano o una mujer con un niño en brazos y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas simula estar durmiendo para no dárselo y si alguien le reclama se levanta para golpearla. Un país donde el derecho de paso es para los automóviles y no para el peatón. Un país en donde la gente está llena de faltas pero que disfruta criticando a sus gobernantes o a sus políticos. Mientras más le digo ladrón a Menem, inútil a De la Rúa, mafioso a Duhalde, montonero a Kirchner e inoperante a Cristina mejor soy yo como persona, a pesar de que ayer compré discos y ropa trucha. Mejor soy yo como argentino a pesar de que esta mañana estafé a un cliente o perjudiqué a mis empleados al no pagarle las horas extras trabajadas. 


Basta, por favor basta. Como materia prima de un país tenemos muchas cosas buenas pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita porque esos defectos, esa viveza congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana es lo que nos tiene real y francamente engañados a los argentinos. Lo siento mucho porque aunque pase este gobierno el próximo deberá seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. Tenemos que radicar primero los vicios que tenemos como pueblo y después empezar a cambiar nosotros mismos como argentinos. Por eso es que nadie servirá. Ni sirvió Menem, ni sirvió De la Rúa, ni sirvió Duhalde, ni Kirchner ni tampoco va a servir Cristina ¿Qué necesitamos. Que vuelva la dictadura militar para que nos haga cumplir la ley con la fuerza por medio del terror y del miedo? Aquí hace falta otra cosa. Algo más inteligente que cacerolazos, paros o piqueteros que corten nuestras calles o rutas. Necesitamos que todo esto cambie o seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados. Y no importa para donde te vayas. Así viajes a Europa, a Estados Unidos o a China siempre llevará a la Argentina adentro tuyo. Si no modificas tu forma de pensar, estés donde estés seguiremos corridos. Porque es muy sabroso ser argentinos y vivir como vivimos, pero cuando esa argentinidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestra posibilidad de desarrollo como nación, ahí la cosa cambia. 

Después de este mensaje, francamente pienso buscar al responsable. No para castigarlo sino para exigirle. Sí, exigirle que mejore su comportamiento. He decidido buscar al responsable de que Argentina esté mal y estoy seguro de que lo voy a encontrar esta noche cuando me vea en el espejo. Ahí estará, no necesito buscarlo en otro lado. Y le voy a exigir, le voy a suplicar, si es necesario, que me ayude a hacer una Argentina mejor. Gracias." 
https://www.youtube.com/watch?v=aooUt6egUo0